A priori son dos opciones diferentes, las cuentas corrientes sirven para gestionar nuestros ingresos y gastos del día a día (nuestra nómina, las compras en tarjetas, recibos,…); mientras que los Depósitos sirven para invertir nuestro ahorro.
Pero en la práctica podemos ver que tienen más en común que lo que parece; por un lado tenemos cuentas corrientes remuneradas que pueden llegar a ofrecer más rentabilidad que un depósito, pero cada uno tiene sus particularidades.
Ambos están completamente asegurados por el Estado hasta 100.000€, nuestro dinero está sano y salvo
Vamos a ver las diferencias entre cada una:
1. Poder acceder a tu dinero. En este aspecto hay un claro ganador, en una cuenta corriente siempre podrás acceder a tu dinero, cualquier día que nosotros queramos. Con el depósito tendremos que esperar a que venza el plazo 🙁 .
2. Condiciones para obtener la rentabilidad. Aunque la rentabilidad de algunas cuentas corrientes son mayores, pero para beneficiarte de ella tienes de cumplir ciertas condiciones, como tener un mínimo de sueldo, hacer movimientos con las tarjetas, tener recibidos domiciliados, etc.. . Con los Depósitos no hay exigencias, no tienes que preocuparte por nada en este sentido 🙂 .
3. Condiciones de tiempo. Para algunas cuentas corrientes hay una exigencia de tener la cuenta corrientes durante 1 o 2 años; podremos acceder a nuestro dinero, pero tendremos que tenerla abierta para obtener el beneficio.
4. Limitación en la rentabilidad que puedes conseguir. Aquí tenemos la principal desventaja de las cuentas corrientes, la rentabilidad que ofrecen siempre es sobre una cantidad máxima de tus ahorros, aunque nosotros tengamos más dinero en la cuenta. En los Depósito todos tus ahorros están generando rentabilidad, no hay limites.
5. Cambio de condiciones: Otro punto negativo para las cuenta corrientes es que el Banco nos puede cambiar las condiciones en cualquier momento (esto ya ha pasado con una de las cuentas corrientes más populares en España) y dejarnos sin nada 🙁 . Con los Depósito, el banco no puede cambiar la rentabilidad que se firmó.