2. Diseña tu estilo
2. Diseña tu estilo
En clases anteriores hemos visto la rentabilidad, hemos definido el riesgo, y hemos entendido sus consecuencias. Ahora, lo importante, es unir estos dos conceptos para decidir dónde invertimos nuestros ahorros.
Cada uno tiene que marcar su punto de equilibrio entre rentabilidad y riesgo. Para hacerlo bien, se puede fijar un objetivo de rentabilidad y escoger la opción que ofrezca menos riesgo; o bien marcar un límite de riesgo y elegir la opción que ofrezca mayor rentabilidad 🙂
Aquí ya empezamos a ver cómo somos, de qué pasta estamos hechos. Aquí vemos cuál será la fuerza que va a impulsar nuestras decisiones.
Somos ambiciosos en conseguir un beneficio con una rentabilidad, o somos más cautelosos en controlar nuestro riesgo.
Una vez tenemos fijado el máximo riesgo que estamos dispuestos a asumir, o la mínima rentabilidad que queramos exigir, sólo tendremos que ir a buscar directamente estas opciones de inversión.
No hará falta que nadie nos diga qué es lo mejor para nosotros; porque nosotros ya lo sabremos.
Cuando empecemos a ponerle límites al riesgo o a exigir cierta rentabilidad, estaremos descubriendo nuestro perfil de inversión, estaremos definiendo cómo somos con nuestros ahorros.
Cada uno es diferente, cada uno tiene su propio perfil de inversión.
Una vez claro el concepto de rentabilidad y de riesgo, debemos dar un paso más y entender todos los matices para tener una visión completa.
Cuando nos hablan de la rentabilidad que ofrece un producto de inversión (por ejemplo, un fondo de inversión), nos están informando de la rentabilidad que ha conseguido en el pasado.
Esto es lo que se denomina “rentabilidad esperada”, es la rentabilidad que ha conseguido en el pasado, pero no asegura rentabilidad futura.
Por esta razón debemos ser cautos, nadie tiene un bola de cristal. Hasta cierto punto, podemos utilizar la rentabilidad como referencia para tomar decisiones, pero hay que saber que son rentabilidades esperadas, no son fijas.
Lo mismo ocurre con el riesgo, asumimos uno una referencia porque lo ha hecho en el pasado, pero no hay garantía de que vuelva a ser igual.
El rendimiento de los fondo de inversión, planes de pensiones y depósitos estructurados dependen en gran medida de los mercados financieros y estos no siempre se pueden predecir.