3. Depósitos
3. Depósitos
Los Depósitos Estructurados representan una alternativa para nuestros ahorros, donde la inversión está asegurada y son los intereses los que varían.
Podemos decir que los Depósitos Estructurados son similares a los Depósitos convencionales pero con un matiz diferente en cuanto a la generación de los intereses.
Mientras que en los Depósitos convencionales los intereses que vamos a recibir son fijos y por tanto conocemos la rentabilidad que ofrece; en los Depósitos Estructurados los intereses no son fijos y dependerán de si se cumplen unos determinados eventos del mercado de valores (la bolsa).
Los intereses que obtendremos dependerán de cómo evolucione una o un conjunto de acciones del mercado bursátil (por ejemplo del Ibex35).
Para poder recibir los intereses las acciones que están referenciadas en el depósito deberán cumplir con las condiciones fijadas en el mismo (por ejemplo, que una acción del IBEX35 suba de valor); en caso contrario no recibiremos intereses.
En un depósito estructurado los ahorros están cubiertos por el banco al 100%, y adicionalmente están garantizados por el Gobierno a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hasta 100.000 euros, como en un depósito convencional.
No existe el riesgo de perder nuestra inversión, sin embargo existe el riesgo de perder los intereses.
Aunque los intereses que podemos llegar a ganar son mayores que un depósito convencional, en caso de no cumplir el evento de referencia de la bolsa, perderemos todos los intereses, lo cual significa cero ganancias.
Antes de firmar el contrato de este producto, tenemos que asegurarnos de que queda claramente reflejado que el 100% de nuestros ahorros están cubiertos y que en ningún caso están en riesgo.
Lo importante de los depósitos estructurados es que, para conseguir esta mayor rentabilidad, dependen exclusivamente de la probabilidad de que se cumpla el evento de referencia del contrato; ése es el punto clave.
La mayoría de veces vemos que la probabilidad de cumplir con el evento de referencia es muy baja, y por tanto esto se traduce en no recibir intereses.
Antes de contratar un depósito estructurado hay que ver cuánto es el máximo que podríamos ganar y especialmente ver cómo de probable es que se cumpla el evento de referencia.
Lo aclaramos con un ejemplo concreto: Contratamos un depósito estructurado que va ligado las acciones de Telefónica. Nuestros ahorros están asegurados por ley, pero los intereses que ganemos o no van ligados a cómo evolucione esta empresa en bolsa.